POSICIONES DE LA ETICA
■ La posición subjetivista
Para las posiciones subjetivistas los valores dependen de la opinión,
el gusto, agrado o deseo de las personas. El valor es algo subjetivo, se
encuentra en el individuo, en sus preferencias personales. Un ejemplo
de la posición subjetivista del valor sería cuando decimos “En gustos
se rompen géneros”; “cada cual decide lo que es valioso para él”; “es
valioso aquello que es objeto de nuestro interés”; “Tiene valor lo que
nos agrada, lo que nos gusta, aquello que preferimos sobre otras cosas”,
etc. El valor, visto de esta forma, es algo subjetivo, personal, depende
del sujeto lo que ha de considerar “valioso”.
■ La posición objetivista
A diferencia del subjetivismo, para el objetivista los valores existen independientemente
del sujeto, de sus deseos, preferencias, gustos personales,
etc. Los valores, antes bien, son propiedades de las cosas, personas y/o
situaciones. De acuerdo con esta concepción, los valores, en cuanto
propiedades objetivas son anteriores a toda valoración subjetiva. Existen
en sí y por sí, al margen de si se les aprecie o no. Los valores existen en
las cosas como propiedades que son valiosas independientemente de
nuestra valoración. Como ejemplos de la posición objetivista del valor
podemos citar los siguientes: Una fruta es valiosa en la medida que
posee, de alguna manera, ciertas propiedades objetivas que la hacen ser
sabrosa, es decir, valiosa; El oro es valioso porque estamos hablando de
un metal que por sí mismo posee propiedades objetivas que lo hacen ser
un objeto valioso, etc. Los valores, se dice en este sentido, son objetivos.
Tomando en cuenta esta polémica que se desata entre el subjetivismo
y el objetivismo, la pregunta central que se plantea e intenta contestar
la axiología, puede ser formulada de la siguiente manera: ¿Tienen las
cosas valor porque las deseamos o las deseamos porque tienen
valor? En pocas palabras: ¿Son los valores subjetivos u objetivos? En
términos de Risieri Frondizi:
El valor será objetivo si existe independientemente de un sujeto
o de una conciencia valorativa; a su vez, será subjetivo si debe su
existencia o su validez a reacciones, ya sean fisiológicas o psicológicas,
del sujeto que valora.
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