LA ETICA COMO SABER NO NEUTRAL
La ética no puede ser un saber neutral, es decir, un saber desinteresado
frente al mundo, que al mismo tiempo que orienta la vida, no se encuentre
comprometido con ciertos valores y fines de la acción humana.
Ahora bien, esto no significa que como saber, la ética se identifique irreflexiva
y acríticamente con el contenido de un código moral específico,
esto es, con un conjunto de normas y leyes morales que se trasmiten a
las nuevas generaciones, ya sea en forma oral, por las costumbres, o en
ocasiones, en forma escrita y sistemática, y que deban ser cumplidas por
los miembros de un grupo social determinado
para vivir mejor; como ejemplos de ello
tenemos: el Código de Manú, escrito por los
sumerios, los Diez mandamientos o la Tabla
de Moisés, formulados por el pueblo judío,
el Código de Hammurabi, elaborado por el
pueblo babilonio, o en la actualidad, el código
más importante con que cuenta gran parte de
la humanidad: la Declaración Universal de
los Derechos del Hombre, formulada por la
ONU en 1948.
La ética no puede ser neutral ante los
distintos códigos morales que han existido o
habrán de existir. Como señalan Adela Cortina
y Emilio Martínez:
No es posible semejante “neutralidad” o
“asepsia axiológica”, puesto que los métodos y objetivos propios de
la Ética la comprometen con ciertos valores y la obligan a denunciar
a algunos códigos morales como “incorrectos”, o incluso como
“inhumanos”, al tiempo que otros pueden ser reafirmados por ella
en la medida en que los encuentre “razonables”, “recomendables”
o incluso “excelentes”.
Una recomendación, no pongas el texto con amarillo, es difícil leerlo.
ResponderBorrar